En su afán por allegarse votos de cualquier sector de la población,
Enrique Alfaro, candidato al Gobierno de Jalisco por el Movimiento Ciudadano,
ha dicho a diestra y siniestra –apelando a la simpatía de quienes por
convicción e ideología han promovido siempre la defensa de la vida– que está a
favor de la vida, cuando sus hechos apuntan hacia lo contrario. Veamos:
El 26 de marzo de 2009, los diputados de la LVIII
Legislatura de Jalisco, garantizaron el derecho a la vida desde la concepción
hasta su muerte natural, mediante la aprobación del decreto 22631.
Sin embargo, en el recinto legislativo no todos estuvieron a
favor, y hubo, en particular, un diputado que no quiso esa iniciativa. ¿Quién
es? El hoy candidato al Gobierno de Jalisco por el Movimiento Ciudadano,
Enrique Alfaro Ramírez.
Primera negativa
Más de 54 mil jaliscienses firmaron la iniciativa popular para
la aprobación de esta reforma a la Constitución, que fue enviada a la Cámara de
Diputados y aprobada en dos dictámenes: en febrero y marzo de 2009.
Uno de los dictámenes, que Enrique Alfaro se negó a firmar,
dice a la letra: “[…] coincidimos plenamente con su planteamiento de proteger
desde el punto de vista jurídico a todo embrión humano, reconociendo
explícitamente los derechos del recién concebido; un elemento fundamental para
la consolidación de la cultura de la vida.”
Segunda negativa
En tanto que en el segundo dictamen dice: “[…] debemos
establecer en la Constitución Política de nuestro Estado el reconocimiento
expreso del derecho a la vida de todo ser humano a partir de la fecundación o
concepción.” De nueva cuenta Enrique Alfaro no firmó el dictamen.
Tercera negativa
Finalmente, el 26 de marzo de 2009 el decreto 22631 es
votado y aprobado en la Cámara de Diputados, cuyo espíritu queda de manifiesto
así: “(Sexta) Los diputados integrantes de esta Comisión valoramos y hacemos
nuestras las convicciones que movieron a más de 54 mil ciudadanos jaliscienses
a presentar una iniciativa popular, la cual queda en el presente dictamen en su
espíritu y sentido.” Enrique Alfaro no sólo no firma y no vota el dictamen,
sino que además abandona la sesión e intenta que otros cinco diputados, sobre
todo del Partido Revolucionario Institucional salgan del recinto para romper el
quórum.
Con actuaciones como éstas no se puede estar jamás a favor y
defensa de la vida, sino todo lo contrario.
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